Luto en la Guardia Civil tras el fallecimiento repentino del cabo Félix Pérez

Luis F. Durán | Madrid

La Comandancia de la Guardia Civil de Madrid ha vivido un duro golpe esta semana. El pasado martes falleció el cabo primero del Instituto Armado, Félix Pérez Marcos, de 49 años. Murió de un infarto a escasos 50 metros del cuartel de Pinto donde estaba destinado desde 2012. Decenas de amigos y compañeros asistieron al entierro de este agente que ante todo "era amigo de sus amigos". Félix era una persona muy entrañable en la Guardia Civil y muy popular entre sus colegas debido a su carácter afable y a su humanidad. "Siempre optimista y sonriente, así le recordaremos", subrayó uno de sus compañeros en el País Vasco.


Llevaba más de 33 años en el cuerpo donde entró en el año 1979 cuando ingresó en el colegio de Guardias Jóvenes de Valdemoro. Su primer destino fue el puesto de Torrejón de Velasco. A partir de 1983 fue destinado a la Comandancia de Guipúzcoa, donde estuvo destinado intermitentemente, pasando por Unidades Centrales desde el año 1983 hasta el año 2001. La mayor parte del tiempo estuvo en el Servicio de Información de esta Comandancia.

En esa etapa volvió a los servicios centrales en Madrid, hasta el año 2010, año en que era trasladado a Badajoz. En el año 2012, pasó destinado al Puesto Principal de Pinto en Madrid, donde falleció el pasado martes.

Por sus servicios Félix fue condecorado en numerosas ocasiones, destacando Tres Cruces de Plata de la Guardia Civil, una Cruz Roja y varias cruces blancas por sus valerosas aportaciones a los servicios efectuados por la Guardia Civil. Durante su etapa en el País Vasco participó en la desarticulación de varios comandos y en la liberación de Ortega Lara.

"La verdad que se ha marchado un gran amigo y un mejor compañero", dijo uno de sus amigos. "Para mí fue un héroe de los que recordaremos sobre todo por su trabajo en el País Vasco donde fue un titán", agregó otro de los agentes.